Se trata de una pregunta habitual en nuestros centros: ¿qué es mejor, la fotodepilación o la depilación láser? La respuesta correcta es clara: todo es lo mismo.

Independientemente de que en el mercado podamos encontrar esta diferenciación, lo cierto es que todo sistema de depilación por luz es fotodepilación. El hecho de escuchar ambos términos viene determinado porque en el sector, de manera no del todo rigurosa, se relaciona la fotodepilación con la depilación por sistemas de luz pulsada intensa (IPL), que son distintos en su tecnología a los sistemas de depilación con láser.

Por definición, todo sistema que depila utilizando la luz para la destrucción del folículo se engloba dentro del concepto de fotodepilación (foto = luz). Y, en este sentido, tanto los sistemas IPL como los láser utilizan luz para dicho propósito, aunque cada uno la trata de forma distinta, lo cual determina su efectividad.

En cualquier caso, ambos sistemas —IPL y láser— se basan en el principio de ‘fototermólisis selectiva’; es decir, en un proceso por el cual la energía que transporta el haz de luz es absorbida por el pigmento natural del pelo, la melanina, sin dañar los tejidos circundantes. Esta energía, una vez convertida en calor, desnaturaliza el folículo del pelo para, progresivamente, ir debilitándolo.

Resumiendo: todo sistema que utilice la luz para la destrucción del vello es fotodepilación, si bien hay que asumir que en el mercado se asocia, equivocadamente, la fotodepilación con los sistemas ipl (tratamientos menos eficaces con precios más económicos).