Hay un importante número de personas que bajo nuestra larga experiencia quieren optar a un tratamiento de depilación láser pero sus circunstancias concretas hacen que esa opción no sea viable, por lo que nos vemos en la obligación de desaconsejarles el tratamiento a largo plazo.
Sin embargo la realidad del cliente se impone y es necesario dar opciones alternativas que sin ser la opción perfecta, al menos puedan solucionar parte del problema que se nos está planteando.
Estamos hablando de, por ejemplo, jóvenes de entre 13 y 16 años a quienes de entrada no se les recomienda un tratamiento en firme porque su situación hormonal es todavía muy incierta y las posibilidades de éxito a largo plazo escasas.
Se trata de jóvenes que no quieren pasar por la experiencia de la cera u otro tipo de técnicas de depilación de raíz por ser especialmente dolorosas, duraderas tan sólo unas pocas semanas y en parte, opciones ya del pasado. Son clientes que viven la actualidad y quieren optar a las últimas tecnologías existentes.
En estos casos, nos centramos en la época en la que realmente necesitan estar depilados, generalmente el verano, y tras un cuestionario personal, diseñamos un plan de sesiones para poder pasar más cómodamente sin pelo durante esa época. Ese sería el objetivo en este tipo de clientes, claro y detallado. Dejando muy determinado cuál es el fin y las posibilidades.
No se trata de un tratamiento a largo plazo, si no de una solución temporal, en el intervalo de tiempo que más les interesa.
Otro caso tipo sería el de deportistas al aire libre, corredores, ciclistas, montañeros… que llegada la época de sol aprovechan para sus entrenamientos. Aquí la problemática viene por la incidencia de sol en la piel y el hecho de tener que dejar suspendido un tratamiento a largo plazo para evitar sesiones con la piel morena o muy expuesta al sol.
Sin embargo, son clientes que por comodidad e higiene requieren de una piel depilada y por lo general cuentan con poco tiempo para ello, por lo que se hace necesario dar opciones alternativas.
En este caso, detallaríamos los meses libres de esta circunstancia determinada por el sol y concretaríamos la mejor opción valorando todos los condicionantes.
Caso similar es el de los trabajadores al aire libre. Nos sorprendería saber cuánta gente está limitada en un tratamiento de depilación por luz, sólo por el hecho de que al trabajar prácticamente todo el día al aire libre (agricultores y ganaderos, socorristas en piscinas, personal de mantenimiento de instalaciones ciudadanas, jardineros…).
Para ellos, determinamos un ritmo de sesiones adaptado a su piel y ritmo de crecimiento del pelo, encuadrado siempre en los meses en los que el aporte de luz del sol es menor y más fácil la protección a través de cremas solares.
En cualquier caso, bien sean estos casos o todos aquellos de características similares, se ha de dejar muy claro cuál es el objetivo de las sesiones personalizadas, cuánto su alcance y las limitaciones que todo ello nos pueda suponer.
Una vez aclarado ese punto, en la actualidad, es el propio cliente el que nos está trasladando la comodidad que le ha supuesto este plan de sesiones a la carta en comparación a su situación inicial y que si bien no es el tratamiento llevado de la forma pautada y sus resultados mucho más limitados, les merece la pena por la relación que hay esfuerzo – resultado.
Por ello, nos lanzamos a ofrecerlo a todos aquellos clientes que se puedan verse en situación similar para que antes de dar por hecho que la depilación láser no es para ellos, valoren otro tipo de opciones que gustosamente les explicaremos y adaptaremos.