Intentamos en el artículo de hoy dar algo más de luz en relación a lo que significa realmente “Cosmética Natural”.
Para ello lo primero es poder definirla. Cosmética natural son aquellos cosméticos que están elaborados con materias primas que proceden de plantas o minerales.
Por su propia definición, no han de llevar conservantes artificiales, componentes químicos, perfumes sintéticos ni aditivos o productos perjudiciales para el medio ambiente o para la salud.
Por componentes químicos entendemos todos aquellos utilizados para acelerar y potenciar los efectos a través de siliconas, parabenos, derivados del petróleo y un largo etcétera…Utilizados incluso para realzar el color y el olor y hacer así más atractivo el producto.
Componentes que a largo plazo son germen de problemas y reacciones dermatológicas en ocasiones difícilmente tratables.
En contraposición, con toda materia prima de origen natural sabremos que estamos cuidando la piel de forma respetuosa tanto para nuestra salud como para el medio ambiente.
El objetivo de toda cosmética natural es buscar la mayor similitud con el manto lipídico de la piel (nuestra emulsión natural compuesta por sudor, grasa, agua, células muertas…) y en consecuencia, dotar al cosmético de la mayor afinidad posible con la composición bioquímica de la dermis.
Ello dará lugar a productos con una gran tolerancia por la piel y una gran absorción, lo que se traduce en una mayor capacidad para cuidar, regenerar y proteger nuestra piel.
Es decir, se trata de productos aptos para todo tipo de pieles.
La problemática con la cosmética natural en nuestro país, es que no tiene una regulación específica y homologada, por lo que “todo vale” a la hora de definir un producto como “natural”.
Para paliar esta circunstancia, se han creado diversas normas reguladas por organismos independientes que acreditan su cumplimiento y veracidad.
Se trata de la elaboración y definición de una sencilla guía para distinguir unos de otros.
- Han de contar con un 90% mínimo, de materias primas naturales y ecológicas de origen no animal.
- Han de excluir específicamente, sustancias químicas definidas por la comunidad científica como oficialmente dañinas, como son el Lauri Sulfato, Sodio de Triclosán o Formaldehídos.
- A ser posible, han de estar compuestos por ingredientes vegetales preferiblemente de cultivos ecológicos certificados (sin fertilizantes, pesticidas ni herbicidas). Este tipo de ingredientes serán menos agresivos con la piel y no dejarán residuos en el agua al lavarnos.
En definitiva, lo más seguro a la hora de adquirir cosmética natural, es hacerlo a través de marcas certificadas y que acrediten cumplir las normas bajo dichos principios.
La certificación en España, la podremos ver en los productos adquiridos a través de los diversos sellos de calidad acreditativos y expedidos por las empresas garantes en el país de dichos principios.
Otra de las grandes diferencias entre unos productos y otros, definidos como naturales, es el precio.
Hemos de tener en cuenta que como en todo artículo adquirido, el precio va a depender de la calidad de sus componentes.
En el caso que nos ocupa, el precio lo definirán los ingredientes utilizados, la dificultad para conseguirlos o tratarlos ecológicamente, los reales atributos que aporta y la concentración de estos.
En resumen, todo producto realmente natural ha de responder a un enfoque ético y sostenible en relación a lo que puede conseguir y cómo ha sido conseguido.
ALISSI BRONTË, marca española de Alta Cosmética Natural Certificada, la podrás encontrar en varios de nuestros centros Dpila, con la garantía de cumplir todos los requisitos para responder a tales valores.
Cosmética natural, respetuosa con el medio ambiente y nos testada en animales, procedente de cultivos ecológicos y que cuenta con una alta gama de producto gracias a la calidad y alta concentración de sus ingredientes.