Es el órgano encargado de proteger al resto de órganos de factores externos como bacterias y sustancias químicas o de los efectos nocivos del sol.

Por ello el primer gran cuidado que hemos de tener presente todos, sin excepción y sin entrar en cuestiones de apariencia o estética si no por estrictos motivos de salud, es mantenerla hidratada y protegida del sol, dado su efecto oxidativo.

Para ello los aliados son dos,  la ingesta de agua y las cremas hidratantes y protectoras con SPF 50, en invierno y en verano.

A ello se une conforme avanza la edad, el empeño de mantenerla lo más tersa, tensa  y cuidada posible puesto que ésta cada vez se hace más delgada, más frágil y con cada vez menos capa de grasa para poder ser protegida.

En esos casos lo que hemos de intentar es reactivar por un lado los niveles de colágeno que poco a poco se van reduciendo, puesto que se trata de la proteína que conforma la capa gruesa entre la dermis y la hipodermis encargada entre otras cosas de protegernos de los agentes externos (sol, frío y polución ambiental), aportar hidratación, reducir las líneas de expresión y arrugas, acelerar el proceso de cicatrización de las heridas, disminuir la aparición de acné y ayudar a disminuir la celulitis, la flacidez, las estrías y las cicatrices.

Vaya, no poca cosa…

Y por otro lado aumentar la generación de ácido hialurónico, componente también natural de la piel encargado de retener la hidratación, lo cual asegura, sencillamente, el adecuado funcionamiento de la piel y sus tejidos.

Hay multitud de componentes cosméticos, aparatología y tratamientos estéticos, unos más efectivos que otros, para poder combatir este deterioro.

Pero recuerda que siempre hay hábitos que dependen de nosotros para poder mantener este gran órgano que es la piel con un óptimo nivel de salud, para ello no olvides:

• Beber alrededor de dos litros de agua.
• Hacer deporte.
• Protegerte de los rayos solares.
• Minimizar el consumo de café y alcohol y eliminar el de tabaco.
• Dormir entre 7 u 8 horas.
• Limpiar adecuadamente la piel también antes de acostarte.
• Exfoliar la piel para que respire.
• Aumentar la ingesta de vitamina C.

Cada pequeño gesto, tu piel, lo agradecerá.